El proyecto consistió en la creación de un espacio para comedor que da cabida a los aproximadamente 500 niños que asisten, tanto en el periodo escolar como durante el Proyecto “Aulas de Vacaciones” que se lleva a  cabo en los meses de julio y agosto.

También se utiliza como zona de juegos cubierta los días que lo requieren. El clima en Etiopía varía entre 20º y 30º durante todo el año, incluso en la época de lluvias, y la sensación térmica es de casi 10º más, debido a la cercanía del ecuador. En los meses  de invierno (julio y agosto), cuando no llueve es insoportable permanecer al sol durante las horas centrales del día.

Este espacio multifuncional es una construcción típica de la zona, un tukul, de unos 300 m², construido con madera de eucalipto para la estructura, el suelo es una solera armada de cemento, y la cubierta un entramado de cerchas de madera de eucalipto, que se ensamblan mediante cuerda. La cubierta lleva tres capas: una externa de córcoro (uralita), y el interior forrado de paja y bambú, para disminuir el ruido y la temperatura que pueda ocasionar este tipo de material.

En el exterior del comedor por la zona donde entran los niños, se ha construido una pileta con 15 grifos donde se lavan las manos antes de comer. Pretendemos mejorar las condiciones higiénico-sanitarias creando hábitos que favorezcan la salud y prevengan infecciones.

Cuenta con dos entradas, una por la que acceden los niños y otra anexa a la cocina, con acceso por una rampa techada, lo que impide que los alimentos se mojen, esta entrada la utilizan las cocineras y personal asignado al proyecto.

Los beneficiarios directos son niños de entre los 1 y 12 años de edad, en total unos 500 niños/as que proceden de familias muy pobres y numerosas, que se dedican a la agricultura de subsistencia cultivando productos básicos y sobreviven con menos de un euro al día.