Durante los meses de Julio y Agosto, los niños no asisten a la escuela, con lo cual, la mayoría, no tienen posibilidad de comer. En la Misión, se prepara comida diariamente unos 600 niños, unos días frijoles con sojo, otros días frijoles con maíz, pee (legumbre similar a las lentejas) y huevo duro con pan. Desde la construcción del gallinero (2012) los niños comen 1 huevo a la semana, lo que garantiza que todas las semanas tomen proteína animal.

A las puertas de la Misión se reúnen los niños de todas las edades, que han caminado algunos durante más de 2 horas para poder llegar allí. Algunos salen de sus casas cuando todavía es de noche, con las hienas. Vienen de diferentes poblados de la zona: Manta Dubbo, Affama Bancha, Sore Homba, Dubbo, Areka, …

Estos meses es la época de las grandes lluvias, llamadas “meher”, los niños caminan bajo estas lluvias, sin más paraguas que una hoja de falso banano, con la que se cubren la cabeza. Vienen descalzos, y totalmente empapados, cubiertos de barro y temblando de frío, pues más que ropas llevan harapos. En estos meses en Etiopía es invierno, y bajan bastante las temperaturas; algunos más mayorcitos llevan a sus hermanos pequeños a la espalda, entran niños que no llegan a tener 1 año.

Cuando llegan a la Misión, esperan tranquilos a que se abran las puertas sobre las 9 de la mañana. Primero pasan a la Escuela de Dubbo, allí se les dan unas clases básicas de alfabetización y matemáticas, también cantan y bailan. Sobre las 10:30 de la mañana salen al recreo, allí juegan libremente durante una hora. A las 11:30 comienzan a lavarse las manos para después pasar al comedor a comer, tal vez su único alimento del día.

Los niños entran y se sientan a esperar su plato de comida. Antes de empezar a comer rezan una oración y justo después de esta se les reparten los platos, pero nadie empieza a comer hasta que no están todos entregados. Es impresionante ver el silencio que hay en el recinto, sólo se les oye masticar con ansiedad, lo llaman “el silencio del hambre”.

La Asociación ha mantenido este proyecto anualmente desde el año 2007 hasta el año 2016. Año tras año tratamos de mejorar el proyecto: alimentación, infraestructura, desarrollo, personal y actividades para los niños. En el año 2017 este Proyecto ha terminado por causas ajenas a nuestra Asociación, pero no descartamos volver a retomarlo en los próximos años.

Para un niño pobre, el hambre, es la bruja más malvada y temida.

Crear-Sonrisas