De nuevo hemos vuelto con nuestras familias de Dubbo. Allí todo es diferente, se juntan sentimientos de tristeza e impotencia, pero a la vez una enorme felicidad y ganas de seguir adelante ayudando a niños, mayores y ancianos a mantener la esperanza; ¡es duro ver cómo vive esta gente!; pero  a la vez es gratificante ver como te acogen y como te recuerdan con cariño.

Los niños toda la gente de Dubbo, nos abrazaban, nos llaman por nuestros nombres, nos invitan a sus casas, y nos dan todo su amor, y nosotras nos derretimos al verlos.

Visitamos los “tukules”, no hay agua, cocinan en el suelo, la nevera y los armarios son ganchos colgados del techo; no tienen muebles, duermen en el suelo sobre hojas de falso banano y para taparse y resguardarse del frío, los más privilegiados tienen una manta para todos; en algunos casos los animales son los que les dan calor en las frías noches del “meher”.

Este año repartimos un «carnet de identificación» a todos los apadrinados y trabajadores de la Misión, para facilitar la atención hospitalaria y cualquier tipo de asunto que tengan que realizar en la misma. Se sorprendían mucho al ver su foto en el carnet, y lo guardaban como una verdadera joya.

Allí, junto a las Hermanas, nuestras hermanas, pasamos un mes inolvidable, siempre el último día de estar allí, nos desmoronamos y no podemos evitar llorar, no sólo por la tristeza de marcharnos, sino por la  mezcla de tristeza y alegría de haber hecho algo por los demás, pero no lo suficiente, por un pueblo maravilloso que nos enseña día a día lo afortunadas que somos.

Esta experiencia en Dubbo ha marcado nuestras vidas para siempre. Después de volver a España, pasan muchos meses y nuestro corazón todavía no está con nosotras, sino allá con esa gente que nos enseña lo importante que es ayudar y vivir. Volvemos con la maleta llena de experiencias de vida y con la ilusión de volver algún día a ver a todas esas que valoras como tu familia, muchas gracias a todos por obsequiarnos con esta experiencia.

Tenemos la obligación moral de seguir trabajando por y para todas nuestras familias de Dubbo, por dar a conocer su injusticia y colaborar para que los derechos de educación, sanidad, y  una vida digna, dejen de ser un ideal a alcanzar y se conviertan en una realidad.

Pronto regresaremos. Betam amessegginallehu (muchas gracias).

Crear-Sonrisas