Después de haber viajado por diferentes países del mundo, la primera vez que viajamos a Etiopia nos dimos cuenta que ya no necesitaríamos ir a ningún otro sitio, ya habíamos encontrado el lugar donde volver; es por ello que este es nuestro séptimo año de “vacaciones” en Dubbo.

Los primeros días, a simple vista, parece que  todo sigue igual, pero ya nada es lo mismo que la primera vez que viajamos, ahora nos une una gran amistad, ahora ya todos ellos forman parte de nuestra familia y los llevamos en el corazón. La mirada de los niños y los padres sigue siendo de tristeza y sufrimiento, pero ahora vemos que se trata de una mirada que al vernos se ilumina; unas miradas que sonríen a nuestra llegada.

Como todos los años anteriores nuestra jornada laboral empieza muy pronto por la mañana, este año hemos cambiado todas las tarjetas identificativas de los apadrinados, así como los días y horas que las mujeres vienen a cortar hierba a la Misión, ha sido un trabajo tremendo, sobre todo porque las madres no tienen muy claro ni el número de hijos que tienen, ni cómo se llaman, ni la edad qué tienen,…, es decir ayudan poco. También se han hecho las fotos y los trabajos para las tarjetas de Navidad de este año.

Como ya os hemos comentado en otras ocasiones, agosto es época de lluvias (meher), pero este año ha sido algo espectacular, días y noches enteros lloviendo y en algunos casos diluviando; los caminos de arena rojiza se han hecho intransitables para realizar algunas visitas a las familias, era todo un barrizal.

Lo más impactante de este año ha sido el hospital, muchos enfermos de larga estancia, pero nos han llamado la atención sobre todo dos de ellos: Serkalem una joven de 22 años que  lleva 7 meses ingresada a causa de una infección en la cadera, que se complica con problemas de desnutrición, úlceras sangrantes en ambas piernas y coagulación. Lulu, un niño de 15 años que llevaba 7 meses ingresado por una tuberculosis ósea en la columna, quedó paralítico y con osteomielitis en el brazo izquierdo. Dada la importancia decidimos trasladarlo al Hospital Cristiano de Soddo, allí le amputaron el brazo, pero después de un mes y medio de hospitalización el 25 de Septiembre de 2013 falleció.

También este año nos hemos encontrado con otro caso especial, un niño de 7 años, Seramawit, que no caminaba y su padre lo llevaba de un sitio para el otro a hombros. Parece ser que tuvo un problema en la parte posterior de la rodilla y el niño no podía estirar la pierna. Tras una revisión y posterior operación en el Pequeño Hospital de Dubbo, después de una semana el niño salió caminando hacia su casa en Sore Homba; esta vez llegamos a tiempo. También proporcionamos una silla de ruedas para una pequeña de 2 años que después de haber tenido quemaduras en todo el cuerpo el año anterior, sus piernas y sus pies han cicatrizado mal y no puede caminar; la entrega fue curiosa, la niña veía la silla y es como si viera al demonio, allí nos sentamos todos, la madre, nosotras, la madre y la niña, pero no hubo manera; esperemos que ya por fin la haya utilizado.

Con respecto al Proyecto de la “Mesa de los Pobres”, tenemos que decir que este año ha sido un “Aula de Vacaciones”; los niños entraban a las 10 de la mañana e iban directamente a las Escuelas, allí repasaban las letras, los números, canciones e incluso bailes. También les quedaba tiempo para salir un rato al recreo para jugar en los columpios. Antes de comer pasaban a lavarse, es un hábito que ya han adquirido y después a comer… Este año todos llevaban sus camisetas nuevas de la Asociación y al terminar recogían sus cantimploras con agua. El Proyecto ha funcionado muy bien y tanto nosotras como las Hermanas, como los niños y las familias están encantados con él; aunque ya tenemos en mente el mejorarlo un poquito más para otros años.

Estamos contentas con nuestro trabajo en estos 7 años, los Proyectos que se han llevado a cabo en este tiempo continúan desarrollándose bien y consiguiendo así, en la mayoría de ellos los objetivos que nos habíamos propuesto; pero a pesar de ello quedan muchas cosas por hacer y las familias de Dubbo nos siguen necesitando, todavía tienen muchas carencias.

Ver en primera línea las necesidades y las realidades más crudas que tienen que vivir cada día estas familias nos da fuerza para continuar trabajando. Es por ello que tenemos en mente varios Proyectos nuevos a desarrollar. Con amistad y amor, todas las cosas son  más llevaderas.

Una mirada, un abrazo, una sonrisa, o simplemente un pequeño gesto para estas familias es una gran ayuda y nosotros con estas acciones podemos hacer más llevadero su sufrimiento.

Crear-Sonrisas