Finales de julio y….. Volvemos a Dubbo. Esta vez somos 4, para ninguna es nuestra primera vez, ha llegado todo el equipaje y… estamos deseando llegar a casa.

Hemos traído el “Dermátomo” que nos pidió el Hospital, es un aparato para realizar injertos de piel y que será de mucha ayuda para asistir a los quemados. Afortunadamente no nos han abierto el equipaje y no hemos tenido que declararlo.

¡Qué guapos están nuestros chicos con sus uniformes nuevos! Por más que compramos la ropa de diferentes tallas, siempre les queda grande a los más pequeños… ¡son tan pequeños!. Este año hemos tenido más suerte y pueden entrar 550 niños.

Este año con la revisión de los apadrinados hemos pasado mucho tiempo, comprobando si están estudiando, sus notas… Este control es muy necesario para que el proyecto sea beneficioso para las familias y aprendan a gestionar el dinero, cuidar de sus hijos…

Las familias están fenomenal, tienen una gran cosecha de frijoles y pensamos que esto va ha mejorar la situación económica, pero no es así, está cosecha se ha adelantado por el cambio climático (por eso nunca la habíamos visto, porque tendría que haber llegado más tarde) y ya nos dicen que por el contrario, esto va a empeorar la situación de las familias, porque van a perder una cosecha, y entre una y otra va a pasar mucho tiempo, por lo que se prevé periodos de hambre.

Este cambio climático lo hemos vivido en nuestras propias carnes, con plaga de cucarachas en casa y hasta ratoncitos.

A mediados de mes, han llegado dos voluntarios nuevos, y como siempre que viene alguien por primera vez, es como volver a vivir ese primer año, esas primeras experiencias con esta cruda realidad.

Hemos rodado un cortometraje sobre la vida de una niña de Dubbo, en el que cuenta cómo es su día a día, qué quiere ser cuando sea mayor… No os podéis imaginar cómo se desarrolló la grabación: alejando a la gente, controlando a los más pequeños, compartiendo areke con los vecinos…. Toda una experiencia.

¡Qué decir cuando esto se acaba! Que esperas que pasen un buen año, que se equivoquen los que predicen hambre, que volvamos a verlos (sobre todo a los abuelos, que algunos están muy mal), y que mantengan durante los próximos meses sus sonrisas, esas bonitas sonrisas que se te graban y que cuando estás en España, trabajando por ellos y te sientes cansada sólo necesitas recordar esas sonrisas y trabajas con más ganas.

Crear-Sonrisas